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Notas de Interés

"Melanoma y tatuajes: qué tenés que saber para tatuar/tatuarte sin poner en riesgo la detección temprana de este cáncer"

Cada 23 de mayo se conmemora el Día Mundial del Melanoma, una oportunidad para hablar de prevención y de cómo, a través de una mirada atenta, se puede detectar a tiempo y salvar vidas. 

Según los datos informados por la International Agency for Research on Cancer (IARC), en 2022 se diagnosticaron en Argentina más de 1.600 casos de melanoma y, según las proyecciones, para el año 2045 esta cifra aumentará a más de 2.400, un crecimiento del 41%.
 

“El melanoma es un tumor agresivo que aparece, generalmente, en la piel y que tiene relación directa con la exposición a la luz ultravioleta”, explica el Dr. Carlos Silva (MN 62.549) médico oncólogo y Director Médico de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC).

“La prevención es fundamental y se divide en dos partes. La prevención primaria implica  no exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas. También, es importante utilizar protectores solares de factor 30 para arriba, idealmente factor 50. Pero siempre teniendo en cuenta que hay que colocarlo antes de salir al exterior, y luego repetirlo cada dos horas; y que si se va al agua, es fundamental volver a ponerse el protector una vez fuera. Además, hay que recordar que las camas solares también pueden causar el mismo daño que la exposición al sol”, agrega el médico de LALCEC.

“Pero hay también una prevención secundaria que es a través de la detección precoz con la observación de nuestra piel, con la consulta anual al dermatólogo, o con la ayuda de tatuadores o de las personas con las que tenemos más confianza, para ver en los lugares que son más difíciles, como por ejemplo la espalda o la nuca” explica Silva.

El Dr. Silva menciona 6 signos de alerta que componen lo que se conoce como “regla ABCDE”; de detectarse alguno de estos signos, se sugiere hacer una consulta a la brevedad a un especialista.

●    Asimetría: una mitad del lunar o marca de nacimiento no corresponde a la otra mitad.
●    Borde: los bordes son irregulares, desiguales, dentados o poco definidos.
●    Color: el color no es uniforme y pudiera incluir sombras diferentes de color marrón o negras, o algunas veces con manchas rosadas, rojas, azules o blancas.
●    Diámetro: el lunar mide más de 6 milímetros de ancho (alrededor de ¼ de pulgada o aproximadamente del tamaño del borrador de un lápiz), aunque los melanomas algunas veces pueden ser más pequeños que esto.
●    Evolución: el tamaño, la forma o el color del lunar están cambiando.


Tatuadores: aliados en la prevención de melanoma

Los tatuajes no provocan el melanoma, pero sí pueden ocultarlo. La Dra. Erica Isabel Polo Cuadrado (M.N. 153852), médica dermatóloga, da algunos consejos fundamentales para preparar la piel antes de realizar un tatuaje:

●    Dos semanas antes no debe haber exposición solar y tampoco es aconsejable que la haya luego de hacerse el tatuaje. 
●    Nunca hay que tatuarse arriba de lunares o de cicatrices, porque ni el médico ni el paciente van a poder chequear esos lunares, lo que obstruye la posibilidad de detectar en forma temprana la enfermedad.
●    Si ya se realizó un tatuaje sobre un lunar, marca o cicatriz, avisar al dermatólogo para tenerlo presente y poder revisarlo.
●    Revisarse la piel en forma frecuente con ayuda de la regla ABCDE, incluso en zonas que normalmente no revisamos, como entre los dedos y en la planta de los pies. 
●    Asistir al dermatólogo al menos una vez al año para control.

Consejos para los tatuadores:

●    No tatuar sobre lunares, marcas o cicatrices.  Si se detecta alguna lesión irregular dentro de los parámetros indicados por la regla ABCDE, dar aviso a la persona para que pueda ir a hacerse ver.
●    Recomendar a los clientes que concurran al dermatólogo antes de la visita al estudio.
●    Aconsejar que no haya exposición a la luz solar o de camas solares dos semanas antes del tatuaje y después de la realización del mismo.
●    Aconsejar que siempre se protejan los tatuajes (y la piel en general) con protectores solares de factor 30 en adelante -aquel recomendado por el dermatólogo (de no tener, se recomienda sugerir una consulta con el mismo para evaluar la mejor opción según las características de la piel de cada persona)-.

Consejos para todas las personas

●    Hacerse controles anuales dermatológicos.
●    No olvidar chequear áreas donde uno no se mira habitualmente como las plantas de los pies, axilas, debajo de las mamas, entre los dedos y la boca.
●    Consultar ante un lunar que crece rápidamente (antiguo o nuevo) que sangra o que pica.
●    Tener siempre en cuenta que el melanoma no duele. Por eso es importante conocer nuestra piel, observarla y darles entidad a nuestros lunares: es la mejor forma de detectar a tiempo este tipo de cáncer VISIBLE. 

El caso de Angustia Vázquez

El melanoma de Agustina comenzó hace 10 años cuando un lunar que ya tenía en la zona lumbar, cambió de forma, de color y de tamaño. El cáncer fue muy agresivo y generó metástasis a otros órganos de su cuerpo a lo largo de los años.

“Pasé por varios tratamientos, por lo cual gran parte de mi recorrido estuvo marcado por los altibajos. Pero me ayudó mucho pensar que gracias a eso me estaba curando, que me hacía bien, como una forma de convencerme de que tenía que seguir metiéndole garra. Y, aunque mi vida diaria cambió bastante, puse lo mejor de mí para curarme”.

Agustina cuenta que, una vez, un amigo le dijo que el melanoma se lo había creado ella, porque el cáncer aparece porque uno lo busca. “Eso me hizo sentir muy mal. Claro que después lo hablé con mi médico y me aclaró que no era así. Por eso es importante despejar todas las dudas con un profesional, hay muchos mitos en torno al melanoma y es necesario desmentirlos”. 

En este sentido, y además de apoyarse en su familia, Agustina buscó contención profesional para poder sobrellevar la enfermedad. “El acompañamiento de un profesional es fundamental para hablar de esos temas que no se tocan con cualquier persona. A mí me ayudó mucho a poner en palabras los temas tabú del cáncer, a expresar mis sentimientos más profundos, mis miedos, mis dudas, a repensar mis vínculos, mis cambios. Fue muy fructífero”.
 
Hoy Agustina tiene 32 años y está en remisión completa, lo que significa ausencia total de melanoma en el cuerpo. Poco a poco, recuperó su vida cotidiana. Hace un año se recibió de Psicóloga Social y, junto a su médico, creó una iniciativa para difundir información y sus aprendizajes durante la enfermedad: Melanoma Argentina.

“Hay algo que entendí y que me parece muy valioso compartir es que el melanoma no es sinónimo de muerte. Hoy en día los avances de la ciencia y de los tratamientos hacen que las tasas de supervivencia hayan mejorado significativamente y se pueda gozar de una vida normal. En la misma línea, aprendí que la detección temprana es esencial para tratarlo a tiempo, y que la mejor forma de prevenirlo es llevando una vida saludable y evitando los factores de riesgo. Además, en lo personal, aprendí a superar con entereza cada desafío que se presenta, cualidad que me permite hoy estar donde quiero estar, compartiendo mi experiencia para ayudar a personas que estén pasando por lo mismo”. 

 

Agustina tiene muchos tatuajes, algunos realizados durante la enfermedad para darle “vida y color a su cuerpo que había sufrido tanto”. Para eso, siempre contó con autorización de su médico. “Evito tatuarme sobre lunares y cicatrices porque, con la tinta, será difícil ver si cambian de color o de forma. También evito hacerme diseños negros oscuros o de gran tamaño que tapen mucha piel. Y, siempre, mantengo un diálogo abierto con el tatuador para informarle los cuidados que necesito”.

Paciente oncológico conversa con otra persona
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